Por fin ha llegado el
momento, el instante preciso en que la educación universitaria me ha robado el alma. Vuelvo
entonces a ser un ente del limbo, vaya pues un vil e insignificante zombi. Valerie Vetra's dead. Undead, undead, undead.
El profesor debería tener
al menos la decencia de escribir mi epitafio, traerme flores o lanzar mi cadáver por
la ventana del tercer piso. Escucho entonces la novena sinfonía del
estudiante.
-Pueden irse
muchachos.
Vuelve de golpe la vida y me llevo las manos
al cuello ante la necesidad de respirar de nuevo. El día ha
terminado.
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