El inicio del proceso de adentrarse al mundo de la escritura no siempre es sencillo. Si bien creo que la actividad de escritura es sumamente íntima y personal, me parece que es importante contar con personas en situaciones similares con quienes puedas mejorar. Cuando comencé a escribir lo hice en un taller literario, y fue una experiencia difícil porque nunca había compartido un texto con nadie que no fuese mi profesora de Español básico, a quien las cuestiones narrativas y creativas no le concernían en lo absoluto.
La magia de un taller literario no reside en plantear una verdad absoluta. La diversidad de opiniones o puntos de vista respecto a un texto pueden ayudar a enriquecerlo, así como el continuo análisis indirecto de textos de autores nos muestra la variedad de autores y libros que aún no conocemos.
En ocasiones es imposible acudir a un taller presencial, por el trabajo, la escuela y demás. Por ello las comunidades en línea de personas que compartan características significativas son la alternativa de hoy. Por una parte, se debe ser selectivo a la hora de elegir que opiniones están realmente favoreciendo y criticando constructivamente lo publicado y que usuarios amparados por el anonimato no te están aportando nada.
Son indispensables algunas características del internauta para una comunidad activa y productiva:
- Voluntad de leer y opinar sobre los textos de otros
- Agradecer y estar dispuesto a mejorar en base a las opiniones de otros, recordando que al final tu autor tienes el derecho total de cambiar o no cambiar nada
- Constancia y participación ordenada.
Si andas por google+, tenemos una comunidad que pretende lograr todo lo anterior.
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